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Cómo armar el mejor portafolio para el 2018

18 de diciembre

Luego de que en las últimas elecciones se ratificaran los lineamientos del Gobierno actual, el mercado local de acciones y de bonos se encuentra de lleno ante un escenario muy prometedor. Esta continuidad de las políticas implementadas en los últimos dos años, seguramente serán interpretadas por entidades internacionales como algo muy positivo. De hecho, ya hay indicios de ese visto bueno porque las calificadoras internacionales subieron la nota argentina de B a B+. Incluso la emisora de índices MSCI, que este año no incluyó al país como Emergente, bien podría cambiar de opinión en junio de 2018.

Con una coyuntura favorable, el Gobierno pareciera que tiene luz verde para llevar a cabo una serie de reformas que considera claves. Por un lado, una reforma laboral; por el otro, la reforma impositiva que fue anunciada hace unas semanas y que posiblemente sea tratada en 2018. Su objetivo es simplificar el confuso esquema impositivo actual para impulsar la competitividad entre empresas y, al mismo tiempo, neutralidad en cuanto al impacto fiscal para el país. Este último factor es clave para que la Argentina pueda sostener el financiamiento externo de su déficit a tasas cada vez más chicas, favoreciendo a sus calificaciones de riesgo.

Este proyecto de reforma impositiva tiene como uno de sus ejes centrales, la imposición de la renta financiera, el intercambio del ITI por el impuesto a la ganancia de ventas de segundas viviendas, permitir tomar a cuenta de ganancias el pago de impuesto a débitos y créditos, la reducción del impuesto a las ganancias para empresas al 25% y la reducción de ingresos brutos provinciales en un plazo de 5 años.

En este marco, podemos sumar también la ansiada Ley de Mercado de Capitales, la cual podría contener la moderación de ciertas facultades de control que le fueron otorgadas a la CNV en 2012 que no han sido amigables para el mercado y las operaciones en La City. Además, otro cambio que se introduce en esta norma es la desgravación del impuesto a las ganancias, en cabeza del fondo común cerrado. Estos fondos, que fallaron entre las opciones más elegidas en el blanqueo, serán en los próximos años una de las industrias de mayor desarrollo y darán fuerte impulso a la construcción, junto a las empresas público privadas (PPP).

Las eventuales reformas avivan las expectativas de los inversores, sobre todo en el primer trimestre de 2018 y teniendo presente los antecedentes recientes de crecimiento del Merval, que llegó a alcanzar sus máximos históricos en las últimas semanas. A esto debemos sumarle la situación del dólar, que continúa presionado a la baja, a partir de la suba de las tasas por parte del Central. En este caso, la entidad monetaria, cada vez que detecte que el tipo de cambio real multilateral perfore la zona de 86, cosa que de suceder perjudicaría la competitividad de la industria local, saldrá a recomponer reservas.

Es muy interesante resaltar que la gran beneficiada por la reforma fiscal son las acciones, porque pagarán 10% menos de impuesto a las ganancias en un plazo de 5 años, con lo que aumentaría sus valuaciones, y porque han quedado exentas del impuesto en cabeza de los inversores, quienes deberán mantener una estrategia que siga la tendencia e ir ajustando los stop loss para salir cuando venga una toma de ganancia, ya que en el contexto actual debe ser interpretada como una buena oportunidad de entrar a mejores precios.

Desde octubre, tras el resultado en las urnas, la política monetaria obtuvo el apoyo que necesitaba el Banco Central para alcanzar las metas de inflación. Si bien lo prometido era una inflación del 17% para este año y el acumulado alcanza el 20.3%, el proceso de desinflación se vislumbra con claridad. Este año cerraremos con una inflación cercana al 23%, que es nada menos que la mitad de la registrada en 2015, por lo que es de esperar que en 2018 estemos en niveles más cercanos al 15%.

Con tasas de referencia que se posicionen por encima del 28%, está claro que las Lebacs seguirán posicionadas como la inversión estrella por algún tiempo más.

Desde el punto de vista de los bonos, Argentina aún ofrece para los nominados en dólares un exceso de retorno de 109 puntos básicos frente a su par Brasileño, y en los últimos meses se ha podido sostener su valor, en línea con la esperada mejora de la calificación. De todas formas, hay que aclarar que el proceso para alcanzar el Investment Grade es de largo plazo. Por el momento, Argentina paga 5.73% a 10 años en dólares (al cual, si se aprueba la propuesta de renta financiera, el inversor deberá restarle el 15%) y será un largo camino hasta poder tener las tasas de financiamiento de otras economías latinoamericanas consideradas investment grade como Brasil o Chile, que paga tan sólo 2.79%.

En cuanto al plazo fijo, la inversión extrañamente elegida por el 80% de los argentinos a pesar de su rendimiento al 19% es decir 4 puntos menos que la inflación esperada, también será gravado por el impuesto a las ganancias al 5%, y al 15% si se ajusta por UVA. Esto profundizará el incremento en la cantidad de inversores que deciden pasarse a invertir en Lebacs, ya que es la forma más plausible de mantener el poder adquisitivo de su dinero. Hacia fines del 2018 esta tendencia debería llevar a los bancos a tener que incrementar sus tasas y a que se normalice la curva, donde hoy un instrumento con menos riesgo como la Lebac paga más que uno con más riesgo como el plazo fijo.

El 2017 como año electoral ha pasado, y la política económica ha quedado ratificada a partir del resultado de las urnas, lo que muestra claramente que el elefante dormido latinoamericano pareciera estar despertando. Cualquier inversor que quiera mejorar sus rendimientos en este escenario debería seguir apostando a los activos ganadores de este modelo económico, como las compañías ligadas a la construcción. Quien no lo haya hecho, la opción más potable siguen siendo las Lebacs, para aprovechar las tasas cada vez mayores que ofrece el Banco Central. Y definitivamente, una decisión muy sabia es mantener una parte de la cartera dolarizada en bonos argentinos de mediano plazo, porque de esta forma mantendrán la estabilidad necesaria para no correr riesgos innecesarios.

Por Alejandro E. Bianchi, CFA, Gerente de Inversiones de InvertirOnline.com

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